Shhhhh...

Silencio, sustantivo rodeado de innumerables significados. Escucha el silencio, favor de guardar silencio, un minuto de silencio; para mí el silencio hoy es un tema que ha hecho mucho ruido en mi cabeza.
El silencio, de acuerdo a las definiciones dadas por el RAE es: abstención de hablar, falta de ruido, omisión de algo por escrito, pausa musical, olvidar, callar, no hacer mención de algo cuando se habla o se escribe, reprimir una pasión.
Coincido con los muchos significados que se dan al silencio, sin embargo creo que estos pueden ampliarse y volverse bastante específicos cuando nos referimos a una persona en particular o, mejor aún, a las razones que llevan a esa falta de ruido, a la omisión de algo, a la represión de esa pasión; aquí las razones y los significados se vuelven tan infinitos como el número de seres humanos diferentes hay en el mundo.
Hace unos días platicaba con una amiga acerca del silencio, en particular de los significados que tiene nuestro silencio, las razones que nos llevan a quedarnos calladas; fueron tantas y tan diferentes las razones que la charla terminó en risas causadas por la ironía y la contradicción de las causas.
¿Por qué me quedo callada? Puedo decir, sin temor a equivocarme, que siempre que me quedo callada estoy pensando, a veces en cosas poco importantes, otras tantas en cosas fantásticas, en lo que sucede a mi alrededor, en lo bien que me siento, en ¿Qué estará pensando el otro?, en mis siguientes palabras, en lo linda que está esta canción, en lo difícil que es X o Y situación, en mis problemas, en lo bueno que es este libro, en lo poco que falta para ver a esa personita especial.
Me quedo callada cuando sé que es mejor el silencio que las hirientes palabras que de mi boca puedan salir, cuando tengo miedo de decir algo que cambie las cosas, cuando prefiero que la otra persona hable, cuando me piden que cante, cuando suceden cosas inesperadas, cuando sé que no hacen falta palabras para que la otra persona sepa lo que siento, cuando mi cabeza está cocinando una nueva idea, cuando quiero conservar el romance del instante, cuando sonrío para hacer a alguien mi cómplice, cuando me enojo conmigo misma y regaño a la niña que vive dentro de mi, cuando alguien muere, cuando estoy tratando de ponerme en los zapatos de otro, cuando leo o escucho música, cuando cierro los ojos para dar un beso, cuando espero una respuesta...
Y, así como mi silencio tiene múltiples significados, siempre trato de encontrarles razones y porqués a los silencios ajenos, a veces con gran utilidad, otras tantas frustrantes, en ocasiones aprendiendo de ellos, en otras tantas soy reprendida por ello, a fin de conservar el misterio del silencio ajeno.
Hay una canción que siempre me hace sonreír, creo que este es el post ideal para compartirla: