De María y el Starbucks

lunes, 19 de noviembre de 2007


Si, estoy consciente de que mañana tengo examen de algoritmos y no he estudiado nada, si, se que el proyecto del Dr. Ramírez cada vez está mas largo y avanzamos lento, si si si, ya se que el proyecto de bases de datos se entrega en semana y media, se todo eso y la otra mitad de cosas que me faltan por hacer; también sé que hace siglos no veía a María y una tarde como esta significa más que cualquier proyecto escolar.
Pase la mañana entre llantos inexplicables, peleas a fuerza bruta con una gramática que nunca dejó de ser imposible, suspiros por el amor que no apareció en el día, melancolías por un mañana que se esta tardando en llegar, trabajos interminables y muchos proyectos que poco a poco aterrizaban sobre una pista que no estaba del todo preparada para recibirlos; un fin de semestre cualquiera.
Últimamente no había escrito, no por falta de ganas sino por falta de tiempo, mi vida entera fue distribuida entre proyectos, funciones, manualidades, tareas y muchas otras obligaciones que, conforme el semestre avanzó, yo me fui tomando; ya lo decía mi madre “El pez por su propia boca muere”. Para eso del martes ya me encontraba en el inicio de un baje emocional, sentía que todos demandaban algo de mi tiempo, a los que yo demandaba tiempo no lo tenían y cada vez hacía menos cosas que me hicieran sentir plena… fue así que recurrí a mi amiga María.
María, una mujer llena de ligereza, de habla suave y alegre, espíritu libre, risas sinceras, frases literarias, en fin… es mi amiga ¿Qué otra cosa podría decir?... recurro a ella cuando siento que la presión del día a día comienza a poder más que yo.
Un mensaje, una llamada y el pretexto de conocer el nuevo “Starbucks” nos llevaron a recibir la entrada de la noche con un café, frappe a pesar del viento helado. La primera parte de la conversación fue un perfecto monólogo de mi parte, monologo interrumpido por una risa y un par de frases que, de un momento a otro, me tenían riéndome de mi misma. El cambio de tema y la desintoxicación de mi espíritu vino momentos después, tan solo para convencerme de que “Las cosas buenas son buenas por naturaleza, no hay que elaborar tanto su búsqueda, simplemente se presentan”… no fueron más de 2 horas de conversación, sin embargo ella logró lo que yo no había logrado en semanas: relajarme.
En este momento sé que debo estudiar para mi examen de mañana, debo de seguir pensando en la solución para mi proyecto, etc. sin embargo también sé que pase lo que pase la gente a la que quiero siempre será más importante, después de todo es gracias a ellos que tengo momentos como los de hoy.
Bueno, ahora si me pongo a trabajar, disculpen lo rápido de esta reflexión pero… me acabo de dar cuenta y pues les quise platicar…

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